Descendencia

¿Para qué esperar más?- dijo ella. ¿Para ser más maduros?- contestó él. No se ponían de acuerdo. Los dos querían tener descendencia. Y sabían que querían vivirlo juntos. Y se habían puesto un plazo que ya expiró. Pero... ...no se ponían de acuerdo. Ella se encontró de repente en el paro y pensó que era buen momento para volverlo a intentar. Pero un amigo de Juan estaba teniendo una mala experiencia con su bebé y alguien lo atribuyó a falta de madurez...y ahora, él, tenía miedo. ¿Y si no estaba capacitado? ¿Y si no era lo bastante maduro? La verdad es que Marta le hacía dudar a veces de sus capacidades. Y no era por nada que dijese. Era por su actitud. El otro dia, por ejemplo, con el bebé de Germán, cuando el niño se puso algo nervioso, ella se lo arrebató sin miramientos, como si estuviese convencida de que Juan era incapaz de calmarlo. Cosas así, de las que podía ennumerar un montón en un momento, le hacian dudar del viejo proyecto de tener descendencia con Marta. Ella no se daba cuenta de que, el mismo hecho que deseaba, ella, sin querer, lo alejaba de su vida. Ella no se daba cuenta de que lo alejaba de su vida. Y seguiría así por mucho tiempo...
YOZ