Un estudiante de mediana edad de 15 a 17años, se encontró en su jardín de la casa de campo, una golondrina en el suelo que tenía un ala defectuosa, por lo que no podía volar ni apenas moverse. la curó y alimentó hasta que ésta emprendió el vuelo otra vez y desde entonces recibe cada día un magnífico regalo de aquella. Un día recibió una coronita de espinos que no terminan puntiagudamente y es de oro; otro día un ramito de olivo de oro como la anterior y el 3º día un trébol de 4 hojas de tamaño similar a los anteriores.
José Antonio Ferri Gandía
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