El trastorno bipolar es una
enfermedad caracterizada por una alteración en los mecanismos cerebrales que
regulan el estado de ánimo; en las personas que sufren este trastorno se altera el estado de ánimo más allá de lo
normal.
Destacaremos que se manifiesta en
tres episodios: de manía, depresivos y mixtos. Los síntomas predominantes en un
episodio de manía pueden ser: ánimo
elevado, expansivo o irritable, grandiosidad, disminución de la necesidad de
dormir, aumento de actividades y aumento de gastos.
Los síntomas en un episodio de depresión pueden ser: humor
deprimido durante la mayor parte del día, falta de interés en todas las
actividades durante la mayor parte del día, pérdida o ganancia de peso
significativa, insomnio o hipersomnia, fatiga o falta de energía, sentimientos
de inutilidad o culpa, disminución de la capacidad de pensar o concentrarse,
indecisión, ideas recurrentes de muerte, ideas suicidas.
Y los estados mixtos están caracterizados por la combinación de ambos.
Puede producirse una aparición
rápida de los episodios, denominándose ciclación rápida y también, pueden
aparecer síntomas psicóticos con ideas delirantes y alucinaciones.
Existe una predisposición
genética a padecer esta enfermedad, si bien sobre ella actúan desencadenantes
de diversa índole, tales como el estrés, las drogas, la pérdida de empleo,
muerte de un familiar, divorcio, etc.
El pilar fundamental del
tratamiento es la medicación alcanzando así la estabilidad pero complementado
con algunas psicoterapias y psicoeducación.
Juegan un papel relevante los
familiares y allegados en la prevención de recaídas como por ejemplo
ayudándoles a que tomen la medicación de forma adecuada, sobre todo cuando la
persona no es tan consciente de la necesidad de ésta. Controlando el dinero
cuando es necesario, integrándoles en la sociedad, haciéndoles partícipes en
las tareas y responsabilidades familiares dándoles autonomía, motivándoles para
que realicen una vida normalizada, acompañándoles al psiquiatra cuando lo
demanden, etc.
Y, por último destacar las
asociaciones como ADIEM en Ontinyent
que nos ayudan a conocer como otras personas han afrontado la enfermedad, así
como recabar más información sobre la misma. También existe el CRIS (Centro de Rehabilitación e
Integración Social de personas con enfermedad mental crónica) donde se
recibe la ayuda necesaria por parte de un equipo multidisciplinar para nuestra
integración social y rehabilitación cognitiva. En este centro también se
trabaja con los familiares para mejorar la convivencia con las personas que
padecen esta enfermedad.
Si alguna persona leyendo este artículo ve la necesidad de tener más
información o necesita ayuda, el primer
paso que debe realizar es acudir a los servicios sociales de su población,
también puede llamar al 96 291 60 27 y pedir cita con la trabajadora social del
CRIS o de ADIEM, o puede acudir a la c/
Sant Ignasi,38 baix de Ontinyent (sede del CRIS).
Taller de periodismo del CRIS
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